miércoles, 5 de marzo de 2014

Una familia

‘Lo esencial está en lo visible’. A raíz de esta frase comenzó la semana para mí. Fue la primera pista y también sirvió como frase de apoyo por parte de las Hermanas Mercedarias, ‘las mamas’; en la primera noche que pasamos en Níjar. Debíamos empezar por las cosas visibles hacia todos los inmigrantes que nos cruzásemos para poder ahondar poco a poco con el paso de los días.

Llegamos, en general, con mucho miedo pero a la vez con  mucha ilusión y disposición a todo lo que se nos pidiera.

Han sido días de trabajo, pero no solo desde el ámbito físico, ya que hemos ayudado en el banco de alimentos, en talleres artesanales, guarderías e incluso visitamos varios asentamientos de marroquíes y ‘morenos’. Quizás destacaría esta última, porque eres consciente de las condiciones en las que viven y como te reciben con una sonrisa en su rostro y una hospitalidad envidiable a pesar de lo poco que tienen: ‘Ellos tienen el dinero pero nosotros la felicidad de tenernos los unos a los otros’. Testimonios y frases como esta han ido marcando el curso de la semana.

Gracias  a esta experiencia he podido dejar a un lado los prejuicios que quieras o no tenemos por la influencia del exterior y reafirmado el papel de Dios en mi vida; todo esto gracias al importante papel que toma la oración durante estos 6 días. En ella poníamos en común lo realizado durante las actividades diarias, pero sobre todo lo que habíamos sentido al escuchar a los morenos y sus testimonios. Señalaría frases como éstas:
*‘Dios está más cerca de nosotros que nuestro propio corazón’. Fal
*Encontré a Dios en la oscuridad de la patera’. Abraham

Además de esto nos hacían preguntas para reflexionar tanto en la mañana como por la noche y ejercicios para el día con el fin de ponerlos en práctica. Para mí era uno de los momentos más especiales, ya que podíamos expresar sin ningún reparo lo experimentado en el día a día.

Me impactó muchísimo el testimonio de Abraham, un joven de Costa de Marfil, que intentó llegar a España dos veces sin éxito en una patera con un gran número de inmigrantes. A la tercera, tras dos días en la mar llegó a España. Ha dejado atrás a su familia: madre, hermana… No todos los que viajaban corrieron la misma suerte que él y por eso da gracias a Dios. Trabaja duro para mandar dinero a su familia y como dijo textualmente ‘Estoy feliz si mi madre es feliz, si mi hermana es feliz’. Un ejemplo, como otros muchos que hemos tenido la suerte de conocer, de entrega, sacrificio, constancia, trabajo o fraternidad; y creo que no tengo suficientes adjetivos para describir a estas grandes PERSONAS.

En definitiva, te das cuenta de que los inmigrantes que saltan las vallas, que llegan a nuestro país… no son simples números, sino que son nombres y rostros, los cuales arrastran historias muy dolorosas.


Ahora es tu turno, arriésgate!



POR CARMEN MOCHÓN

martes, 4 de marzo de 2014

Pequeño pueblo, grandes sonrisas

Níjar. Una sola palabra. Un pequeño pueblo. Esconde cientos de sentimientos, miles de rostros, millones de sonrisas. Esperanza infinita.
Esta localidad de Almería, concretamente en San Isidro, no es una cualquiera. Es más, ni si quiera parece territorio español, ¿dirías tú eso?.
Con más de un 80% de población negra (llamada allí "morena"), en este lugar resalta la inmigración (subsaharianos, marroquíes,...), las malas condiciones de vida de muchos y la injusticia. Aún así, hay personas que luchan diariamente por mejorar la situación, como son las "mamas" (monjas Mercedarias). Cada una de ellas (Araceli, Francisca, Ana, Maria José y Puri) realiza una labor impresionante, donde entregan su vida entera sin pedir nada a cambio y siempre lo hacen con mucha vitalidad.
Esta última semana de Febrero de 2014 hemos ido mis compañeros, los monitores, el padre Jorge y yo a San Isidro de Níjar, donde cada día hemos dado lo máximo de nosotros mismos para realizar distintas actividades como ayuda en el almacén de alimentos o en el mercadillo, pintar una casa, dar clases de español a hombres y mujeres, construir una ducha, hacer un huerto, echar una mano en el taller, transportar muebles,... y muchas más.
Eso sí, ¡también hemos disfrutado en comunidad! Esos desayunos, comidas y cenas todos juntos, esas partiditas de cartas a media tarde, esas siestas en la terraza, esas carreras de sacos, esas frases (y canciones) tan graciosas, ese partido de fútbol, esas peleas por ducharse, esos "poemas" de cierta persona, esos viajes en el maletero y a toda pastilla,...
A lo que también se añade poner y recoger la mesa, preparar la comida con ayuda de Marta, fregar los platos, barrer, limpiar los baños, transportar mesas y sillas a todos lados,... ¡uf!
También hemos tenido una experiencia espiritual muy intensa. Cada día hemos realizados tres momentos de oración (recién despertados, por la tarde y por la noche antes de dormir) con acompañamiento de guitarra y cancionero, olé. Asistimos a varias eucaristías muy bonitas en la casa de las mamas, donde pudimos escuchar emocionantes testamentos, como el de Abraham. Todos nosotros hemos sentido montones de sentimientos, nos hemos dado cuenta de cómo son en realidad estas personas y pensamos aplicar nuestras enseñanzas a nuestra vida diaria.
Todo esto y más hemos vivido durante esta semana. Tenemos el recuerdo de decenas de rostros: Alí, Telisa, Matti, Mamadú, Samuel, Arturo, Fal, Abraham,... Ahora te toca a tí vivir esta experiencia. Atrévete. Ya me contarás. Por cierto, ¡yo pienso repetir!

POR JAIME LAZCANO

lunes, 3 de marzo de 2014

Camino recto, corazón puro


Con esta frase que nos dijo uno de los inmigrantes con los que estuvimos en Níjar comenzamos una semana llena de diferentes emociones, sentimientos y experiencias nuevas.

Gracias a esta experiencia los inmigrantes ya no son para nosotros esos que como suele decirse vienen a España a quitarnos el trabajo. Ahora, ellos son: Fal, Telisa, Mamadú, Fatima… Personas como nosotros con un corazón enorme que siempre están dispuestos a compartirlo todo.

Estos son los verdaderos héroes quienes un día tras otro se levantan de la cama con una sonrisa, a pesar de las dificultades que tienen que afrontar. Y es cuando te dicen frases como “yo no tengo motivos para llorar” cuando te das cuenta de lo poco que valoramos las cosas. Si ellos son capaces de sonreír, ¿Tú por qué no?

Siempre dicen que es Dios quien les da la fuerza necesaria y pensar que nosotros nos venimos abajo por pequeñas cosas, y tendemos a pensar que Dios nos abandona. Ellos sin embargo, saben que Él siempre está acompañándonos y protegiéndonos.


Durante la semana hemos estado con los morenos en los asentamientos limpiando, pintando, plantando…. Cuando nos veían les faltaba tiempo para sacar lo poco que tenían y compartirlo.

También tuvimos la oportunidad de dar clases de español y era impresionante el interés y el empeño que ponían por aprender. Y esto nos hizo darnos cuenta de la suerte que tenemos de estar en un colegio como el nuestro que nos ofrece tantas oportunidades para formarnos.

Todo esto lo hemos podido vivir gracias a las hermanas Mercedarias, a las que llamamos “mamas” por la relación tan cercana entre nosotros, los inmigrantes y ellas. Son personas estupendas, que entregan su vida a Dios y al servicio. Trabajan siempre con una sonrisa, sin quejarse y sin esperar recompensa, se conforman con las caras de felicidad de los demás.

Esta semana nos hemos estado con personas increíbles a las que nos encantaría volver a ver, como nos dijo Abraham el ultimo día, “las montañas no se encuentran, los hombres siempre vuelven a encontrarse.”


POR MACARENA GRANADOS