‘Lo esencial está en lo visible’.
A raíz de esta frase comenzó la semana para mí. Fue la primera pista y también
sirvió como frase de apoyo por parte de las Hermanas Mercedarias, ‘las mamas’;
en la primera noche que pasamos en Níjar. Debíamos empezar por las cosas
visibles hacia todos los inmigrantes que nos cruzásemos para poder ahondar poco
a poco con el paso de los días.
Llegamos, en general, con mucho
miedo pero a la vez con mucha ilusión y
disposición a todo lo que se nos pidiera.
Han sido días de trabajo, pero no
solo desde el ámbito físico, ya que hemos ayudado en el banco de alimentos, en
talleres artesanales, guarderías e incluso visitamos varios asentamientos de
marroquíes y ‘morenos’. Quizás destacaría esta última, porque eres consciente
de las condiciones en las que viven y como te reciben con una sonrisa en su
rostro y una hospitalidad envidiable a pesar de lo poco que tienen: ‘Ellos
tienen el dinero pero nosotros la felicidad de tenernos los unos a los otros’.
Testimonios y frases como esta han ido marcando el curso de la semana.
Gracias a esta experiencia he podido dejar a un lado
los prejuicios que quieras o no tenemos por la influencia del exterior y
reafirmado el papel de Dios en mi vida; todo esto gracias al importante papel
que toma la oración durante estos 6 días. En ella poníamos en común lo
realizado durante las actividades diarias, pero sobre todo lo que habíamos
sentido al escuchar a los morenos y sus testimonios. Señalaría frases como
éstas:
*‘Dios está
más cerca de nosotros que nuestro propio corazón’. Fal
*Encontré a
Dios en la oscuridad de la patera’. Abraham
Además de esto nos hacían
preguntas para reflexionar tanto en la mañana como por la noche y ejercicios
para el día con el fin de ponerlos en práctica. Para mí era uno de los momentos
más especiales, ya que podíamos expresar sin ningún reparo lo experimentado en
el día a día.
Me impactó muchísimo el
testimonio de Abraham, un joven de Costa de Marfil, que intentó llegar a España
dos veces sin éxito en una patera con un gran número de inmigrantes. A la
tercera, tras dos días en la mar llegó a España. Ha dejado atrás a su familia:
madre, hermana… No todos los que viajaban corrieron la misma suerte que él y
por eso da gracias a Dios. Trabaja duro para mandar dinero a su familia y como
dijo textualmente ‘Estoy feliz si mi madre es feliz, si mi hermana es feliz’.
Un ejemplo, como otros muchos que hemos tenido la suerte de conocer, de
entrega, sacrificio, constancia, trabajo o fraternidad; y creo que no tengo
suficientes adjetivos para describir a estas grandes PERSONAS.
En definitiva, te das cuenta de
que los inmigrantes que saltan las vallas, que llegan a nuestro país… no son
simples números, sino que son nombres y rostros, los cuales arrastran historias
muy dolorosas.
Ahora es tu turno, arriésgate!
POR CARMEN MOCHÓN
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